La provincia de La Convención, en el sur del Perú, se hallaba paralizada este lunes por una protesta de sus habitantes, que se niegan a que el gas que se produce en la cercana zona de Camisea sea exportado, informaron autoridades regionales.
La provincia de La Convención, en el sur del Perú, se hallaba paralizada este lunes por una protesta de sus habitantes, que se niegan a que el gas que se produce en la cercana zona de Camisea sea exportado, informaron autoridades regionales.
Las protestas -que se iniciaron el pasado martes- se han concentrado en Quillabamba, capital provincial de 60.000 habitantes, y en la vecina Echarate, de 30.000 habitantes.
"Toda la ciudad esta totalmente paralizada y se está tomando con toda fuerza esta medida de protesta", dijo a la AFP José Quiñónez, funcionario de la provincia de La Convención, desde Quillabamba, unos 1.200 km al sureste de Lima.
"La paralización se ha vuelto más candente por la detención de 17 pobladores el fin de semana en el distrito de Echarate", indicó el funcionario.
Echarate y Quillabamba permanecen con las carreteras bloqueadas con palos y piedras en sus principales vías y el comercio y transporte es nulo.
"La población ha salido a las calles para protestar en favor de la no exportación del gas" agregó Quiñónez.
El gobierno peruano declaró el domingo un estado de excepción por 60 días en el distrito de Echarate para restablecer el orden ante protestas por la exportación de gas de Camisea que derivaron en choques con la policía.
El estado de excepción prohíbe las manifestaciones y el derecho de reunión, entre otros puntos.
Maximiliana Puma, integrante del comité de lucha contra la exportación de gas de Camisea, expresó a la prensa que la suspensión da garantías en su provincia no atemoriza a los manifestantes y aseguró que continuarán con sus medidas de fuerza.
"Hoy tendremos una reunión con nuestras bases y acordaremos cómo afrontar esta provocación que significa el estado de emergencia" indicó la dirigenta.
Perú empezó a exportar gas a México desde junio pasado en medio de protestas de la población del sureste, y un fuerte debate nacional por la posibilidad de que el mercado interno se vea afectado ante la exportación del gas de Camisea, única fuente del energético en el país.
Adicionalmente hay denuncias de que el gas se exporta a un precio menor al que pagan la industria y otros consumidores locales.
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